Château de Parenchère

INICIO / Productores / Château de Parenchère

Château de Parenchère

Burdeos

El viñedo se encuentra en el extremo este de Burdeos, a 38 km de Saint-Emilion, cerca de la ciudad de Sainte-Foy-La Grande. Colinda con los departamentos de Dordogne y Lot et Garonne y por ello presenta un Terroir muy particular en Burdeos, compuesto por arcillas-calcáreas con un contenido muy alto de arcilla, lo que explica en parte la potencia de los vinos que allí se elaboran. El Château de Parenchère se levanta en el corazón de un paisaje verde, en el cruce de caminos de la Gironda y la Dordoña. Los cimientos de este conjunto de arquitectura del Périgord fueron construidos en 1570 por Pierre de Parenchières, Sieur de Fourgoignières. Luego fue completamente destruido y reconstruido en 1731, como lo demuestra la fecha que adorna el pórtico de entrada al patio. En 1958, el castillo pasó a ser propiedad de la familia Gazaniol. Raphaël Gazaniol, de vuelta del norte de África donde su familia ya cultivaba vides desde hacía dos generaciones, se enamoró de la finca y de su terroir. Amplió la finca de 90 a 153 hectáreas de una sola pieza, y replantó casi en su totalidad el viñedo diezmado por la gran helada de 1956. Con su hijo Jean, decidieron asumir un reto: hacer del Château de Parenchère un Grand Vin de Bordeaux, capaz de demostrar que los grandes vinos pueden provenir de denominaciones más modestamente reconocidas. En enero de 2005, el Sr. Per LANDIN, un gran amante del vino sueco, se enamoró de la finca y los vinos de Parenchère y decidió comprarla. A partir de entonces, confió en la experiencia del director de operaciones Richard CURTY. Respaldado por su experiencia como consultor enólogo durante más de diez años en cerca de cincuenta castillos de Burdeos, Richard se esfuerza por perseguir con él el objetivo de servir el magnífico Terroir de Parenchère, buscando elevar constantemente los vinos de calidad en su punto máximo.

El área total de la propiedad es de 188 hectáreas en una sola pieza. El viñedo se concentra en 69 hectáreas, incluidas 6 hectáreas de blanco, plantadas en las mejores parcelas expuestas de la finca para captar los rayos del sol desde la primera hasta la última hora del día. Las uvas son así, incluso en años difíciles, recolectadas en plena madurez, lo que les permite liberar todo su aroma y riqueza. Además, estas parcelas están situadas únicamente en laderas para que el agua de lluvia pueda fluir de forma natural sin alterar la calidad de la uva por un excesivo hinchamiento por estancamiento de agua. La edad media del viñedo es ahora de 25 años, y las vides más viejas alcanzan los 50 años. En cuanto a las variedades, de las 63 ha de tintos, el 50% es merlot, el 40% Cabernet Sauvignon (en las mejores parcelas expuestas), 9% de Cabernet Franc y 1% Malbec. Para las variedades de uva de las 6 ha de blanco se guiaron por la búsqueda de la pureza y la frescura, conservando el estilo carnoso asociado a los vinos de Parenchère con 70% de Sauvignon, 20% de Semillón y 10% de Muscadelle, Es el ensamblaje de estas diferentes variedades de uva lo que, gracias a la complementariedad de sus aromas y de sus estructuras, aportará a los vinos de Parenchère la complejidad y el equilibrio que los caracteriza. Desde hace año Parenchère trabaja el viñedo de forma “razonada“ en pro e la busqueda de calidad y respeto al medio ambiente. Desde 2012, cuenta con la certificación HVE (Operación de Alto Valor Ambiental) – Nivel 3* (nivel máximo) y cuenta con la certificación ISO 14001** en lo que respecta al control del impacto ambiental. Más allá de estas certificaciones, Parenchère entro en 2021 en conversión orgánica y ya no utiliza ningún herbicida. Se busca alternancia de cobertura herbácea y laboreo, limitación de tratamientos y abonos orgánicos restringidos a las necesidades más estrictas de la vid par favorecer la máxima conservación del suelo. Esta política de calidad se refleja, por tanto, en rendimientos controlados, que es el principal objetivo en su búsqueda de la calidad. En cuanto a vinificación se busca favorecer la fruta y la finura en los vinos, sin que ello vaya en detrimento del volumen y del cuerpo. La bodega se ha diseñado de acuerdo a las parcelas de la finca de tal forma que se pueda vinificar de forma parcelaria. Para respetar la diversidad de suelos y exposiciones del viñedo, las 32 parcelas que lo componen se vinificarán por separado para producir 32 cuvées muy distintass, que luego se someterán a una selección antes de su mezcla final. De la rigurosidad de esta selección dependerá directamente la calidad de la añada.