Château Lafitte

Burdeos

Los orígenes del nombre de Lafitte remontan al siglo XVIII a raíz de su adquisición, el 12 de febrero de 1763, por un comerciante de vinos , Don Raymond Lafitte, que dio su nombre al domaine. En 1970, Juliette Mengin compró la propiedad. Esta mujer quedó fascinada de la situación estratégica de la propiedad, así como por sus magníficas vistas al valle de la Garona, emprendiendo así una intensa campaña de plantación, así como también un trabajo colosal en la reconstrucción de una nueva cuva con capacidad para las futuras cosechas. En 1991, su hijo Max Mengin retomó la gerencia de la SCEA Château Lafitte y, gracias a su experiencia internacional, pudo dar un nuevo impulso comercial al vino. Tras finalizar sus estudios en enología, Philippe Mengin, nieto de Juliette pasó muchos años recorriendo el mundo con el fin de adquirir un profundo conocimiento del comercio de los vinos. Philippe adoptó métodos de trabajo modernos, los cuales han contribuido a mejorar significativamente la venta y la calidad del vino. Después de un gran juicio que duró 8 años, Château Lafitte ganó definitivamente el derecho innegable de poder utilizar su marca CHÃTEAU LAFITTE contra la propiedad Lafite Rothschild. Por lo tanto, hasta la fecha somos los únicos en tener el derecho total sobre esta marca, que desde siempre ha sido legítima a nuestro domaine en la región de Burdeos.

En los últimos años ha modernizado mucho el viñedo habiendo realizado una muy importante campaña de desarraigo y replantación durante los últimos 10 años, realizando importantes análisis de suelo para encontrar el portainjerto que mejor se adapte a los diferentes tipos de suelo que posee Lafitte. El resultado se puede ver hoy en la calidad de las uvas que se cosechan y en los vinos que producen. Los métodos de vinificación también han evolucionado con la llegada de el enólogo y asesor Michel Rolland, así como también el uso meditado e inteligente de las barricas de Burdeos. Toda la producción pasa en barricas por un período que evoluciona entre 14 y 18 meses. Esto ha aportado complejidad a los vinos y se refleja sin lugar a dudas en la cata y en las notas de cata que reciben cada año.