Domaine Nicolas Potel

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Domaine Nicolas Potel

Borgoña

Borgoña es para muchos aficionados de todo el mundo el viñedo más prestigioso de Francia. Es principalmente mediante la producción de vinos de los terroirs más bellos de la región que Maison Nicolas Potel ha construido una reputación internacional. Sus vinos Villages, Premiers Crus y Grands Crus son reconocidos y aclamados en todo el mundo por su capacidad para ofrecer la pureza de la fruta y el fiel reflejo de sus denominaciones y terruños de origen. Desde la selección de las uvas hasta el embotellado, tienen especial cuidado en dejar que los terroirs se expresen para que revelen sus expresiones aromáticas. Su principio es tener en cuenta la calidad del suelo, la exposición y la buena sanidad de las vides y el trabajo aportado por los viticultores socios. Ya aguas arriba, realizan un minucioso trabajo de investigación y seguimiento de parcelas, primero visualmente y con los datos que nos aportan los viticultores, luego más técnicamente, mediante el seguimiento de la viticultura de las parcelas para asesorarles sobre diversas orientaciones que deciden juntos. Un vino de calidad es ante todo un vino natural, por eso realizan solo un mínimo de intervenciones durante la vinificación. Su filosofía parte del hecho de que como cada año es diferente, deben adaptar su estilo de vinificación a cada añada. Por lo tanto, gran parte de su trabajo se enfoca en lo sensorial y el sabor más que en los resultados de los análisis y las hojas de vinificación.

En el momento crucial de la vendimia, los racimos se clasifican sistemáticamente, por un lado para eliminar la uva no deseada y por otro, para evaluar con precisión la calidad de la cosecha. Este es su indicador de trabajo. Durante todas las vinificaciones, se catan las cuvées dos o tres veces al día para seguir su evolución aromática. Después del descubado, prensan muy suavemente con una prensa vertical, luego desfangan antes crianza em barricas. En bodega se ha optado por evitar en lo posible la intervención, es decir, reposar los vinos lo suficiente como para optar por una crianza sobre lías finas de 12 a 16 meses sin trasiegos con un mínimo de SO2, protección especialmente por anhídrido carbónico desde finales fermentaciones malolácticas. Todos los vinos son trasegados justo antes de ser embotellados y ensamblados en tinas para tener la uniformidad de la añada en botella. Trasiego a la antigua: los vinos se trasiegan por el broquereau, es decir, por la abertura en el fondo de la barrica, utilizando una fuente. Esto permite empujarlos sin bomba y terminar el trasiego con un catador para ser muy precisos en el brillo del vino (por lo tanto, separar bien las lías, lo que es más importante para los cuvées sin filtrar). Siguen el calendario biodinámico y tratan de trabajar sus vinos según su estilo, ya sea en días de raíces o en días de frutos para respetar mejor su singularidad.